Por estos días de cabañuelas y cábalas, la ciudad comienza a abordar el tema del sucesor de Garzón. Suenan Peñalosa, Moreno Rojas, María Emma, Rafael Pardo. También apellidos conocidos como Santos (Pachito), Garzón (Angelino) y Uribe (Juan Gabriel). Sin dejar de lado otros aspirantes como Doña Leonor, Telésforo Pedraza, Eduardo Pizano, Clara López, Ovidio Claros, Antonio Galán, Rafael Nieto y hasta Cesar Caballero. El o la que resulte elegido(a) en octubre tiene la responsabilidad de darle continuidad al esquema de gobernabilidad de Bogotá y debe asumir temas estratégicos no agotados aún como la integración regional.
En el mundo actual es en las metrópolis donde se desarrollan las innovaciones económicas, sociales y políticas que sirven de referencia para el resto de un país. Este es el caso de Bogotá en los últimos 12 años. Continuar con este liderazgo requiere avances en la competitividad metropolitana y ello, paradójicamente, no es posible sin una visión que supere los límites urbanos. La garantía de ciertos bienes y servicios públicos está en los territorios vecinos a la Capital: abastecimientos en alimentos, agua, materiales de construcción, etc.; seguridad, producción de materias primas para su industria transformadora, infraestructura estratégica para los flujos económicos; esparcimiento para los ciudadanos, etc. Planear y desarrollar esquemas apropiados en cada uno de estos sectores no es tarea que pueda desarrollar sólo el Distrito y requiere una inscripción en el marco de una Región Metropolitana que comprenda a Bogotá y los municipios vecinos. Ya la Mesa de Planeación Regional Bogotá-Cundinamarca ha dado pasos conceptuales con importantes ejercicios de reflexión en algunos de estos temas. Pero hay que pasar a la acción y esto requiere de instituciones que materialicen la alianza entre Bogotá y sus vecinos para conducir y regular la acción pública.
Superadas divagaciones conceptuales sobre la ciudad-región, ahora el reto es la institucionalización de una Región Metropolitana con Bogotá y los 12 o 15 municipios vecinos, principalmente de la Sabana de Bogotá. Institucionalizar no es crear burocracia costosa y duplicar funciones como todavía creen algunos. El problema aquí no es de Estado grande o pequeño, sino de Estado estratégico y prospectivo. Una institución estable de carácter regional-metropolitano es necesaria para racionalizar la planificación, las decisiones y las acciones que superan los límites de Bogotá. Ello implica determinar cuáles son las funciones que debe cumplir y que no dupliquen las de los organismos que la conforman, lo cual es posible con el ordenamiento jurídico actual, simplemente aplicando la diferencia entre órgano competente y órgano ejecutor (la instancia metropolitana puede ejecutar acciones de competencia de las entidades que la conforman). Brasil, Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, España, Francia, entre otros, ya han construido de manera exitosa d institucionalidad regional en torno a sus metrópolis para atender retos similares a los de la región metropolitana de Bogotá.
De no avanzar en este frente, el Distrito tendrá dificultades para afrontar retos futuros de competitividad. Las condiciones históricas pueden estar dadas, es cuestión de capacidad de gobernabilidad, esto es, de acción, de decisión y de negociación política por parte del próximo alcalde o alcaldesa mayor.
*Publicado en El Nuevo Siglo 06-01-2007
En el mundo actual es en las metrópolis donde se desarrollan las innovaciones económicas, sociales y políticas que sirven de referencia para el resto de un país. Este es el caso de Bogotá en los últimos 12 años. Continuar con este liderazgo requiere avances en la competitividad metropolitana y ello, paradójicamente, no es posible sin una visión que supere los límites urbanos. La garantía de ciertos bienes y servicios públicos está en los territorios vecinos a la Capital: abastecimientos en alimentos, agua, materiales de construcción, etc.; seguridad, producción de materias primas para su industria transformadora, infraestructura estratégica para los flujos económicos; esparcimiento para los ciudadanos, etc. Planear y desarrollar esquemas apropiados en cada uno de estos sectores no es tarea que pueda desarrollar sólo el Distrito y requiere una inscripción en el marco de una Región Metropolitana que comprenda a Bogotá y los municipios vecinos. Ya la Mesa de Planeación Regional Bogotá-Cundinamarca ha dado pasos conceptuales con importantes ejercicios de reflexión en algunos de estos temas. Pero hay que pasar a la acción y esto requiere de instituciones que materialicen la alianza entre Bogotá y sus vecinos para conducir y regular la acción pública.
Superadas divagaciones conceptuales sobre la ciudad-región, ahora el reto es la institucionalización de una Región Metropolitana con Bogotá y los 12 o 15 municipios vecinos, principalmente de la Sabana de Bogotá. Institucionalizar no es crear burocracia costosa y duplicar funciones como todavía creen algunos. El problema aquí no es de Estado grande o pequeño, sino de Estado estratégico y prospectivo. Una institución estable de carácter regional-metropolitano es necesaria para racionalizar la planificación, las decisiones y las acciones que superan los límites de Bogotá. Ello implica determinar cuáles son las funciones que debe cumplir y que no dupliquen las de los organismos que la conforman, lo cual es posible con el ordenamiento jurídico actual, simplemente aplicando la diferencia entre órgano competente y órgano ejecutor (la instancia metropolitana puede ejecutar acciones de competencia de las entidades que la conforman). Brasil, Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, España, Francia, entre otros, ya han construido de manera exitosa d institucionalidad regional en torno a sus metrópolis para atender retos similares a los de la región metropolitana de Bogotá.
De no avanzar en este frente, el Distrito tendrá dificultades para afrontar retos futuros de competitividad. Las condiciones históricas pueden estar dadas, es cuestión de capacidad de gobernabilidad, esto es, de acción, de decisión y de negociación política por parte del próximo alcalde o alcaldesa mayor.
*Publicado en El Nuevo Siglo 06-01-2007
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