14 de octubre de 2009

La revolución celular

Hace apenas diez años era imposible llegar a una cita sin tener completamente memorizado o muy bien escrito en un papel, el camino para llegar a la dirección de la misma. Hoy ya no es necesario. Con el celular en la mano, no es imposible ver a dos personas que, para encontrarse, se marcan al celular, así estén a diez metros de distancia. También era necesario prever mejor las llegadas, las salidas, los itinerarios, pues no había celular a la mano para confirmar. Las hijas, para hablar de una reciente publicidad de radio, no tenían que responder por celular a su padre que preocupado llama hoy cada dos minutos para saber cómo está. No era común la comunicación en tiempo real.

Comunicarse en tiempo real es hoy una revolución. Y es “bien público” en la medida en que todo ciudadano debería tener acceso a ello. Pero ese acceso puede ser afectada por la posibilidad de “tener minutos” para llamar o por la cobertura de la red.

Durante mucho tiempo, tener una línea de teléfono fija constituyó parte de algunos indicadores económicos de desarrollo social. Esta variable ya no significa lo que antes. Podría incluso pensarse que tener línea fija es un lastre, cuando algunas empresas públicas hacen hasta lo imposible para que los usuarios no las entreguen. Es el resultado de la falta de visión de sus dirigentes en tiempos anteriores.

Los ciudadanos más beneficiados son los más pobres. Tienen acceso a comunicación. Y esto quiere decir acceso a información cotidiana. Los ciudadanos rurales están pasando, de manera masiva, del aislamiento a la posibilidad de comunicarse en tiempo real, de resolver problemas cotidianos con mayor facilidad, de impulsar sus tareas sociales o sus actividades económicas en tiempo real. Y esto en países con zonas rurales pobres, es muy importante.

Los decisores y sus grupos de trabajo deben dar toda la atención a los aspectos de equidad y acceso al bien público que es la comunicación en tiempo real. Una gran cantidad de actividades y situaciones pueden beneficiarse del buen eso de los celulares. Y, para tocar un tema tradicional de esta columna, la seguridad ciudadana podría ser uno de estos temas. En algunos países por ejemplo se ha puesto de moda que los ciudadanos se convocan por mensaje de texto, el famoso SMS, para sus citas urbanas: bien una cena de blanco en Paris, bien una actividad juvenil en Madrid. ¿Por qué no utilizar el mecanismo para por ejemplo mejorar la relación entre la policía y la comunidad?, ¿o para informar a los ciudadanos sobre situaciones de riesgo?, ¿o para brindar orientaciones preventivas, por ejemplo teniendo información de primera mano sobre los taxis?

En fin, la comunicación por celular es una revolución y aún se puede aprovechar mucho en beneficio del ciudadano para facilitar su acceso a las oportunidades del desarrollo o para disminuir sus riesgos.

Publicado El Nuevo Siglo 12-10-2009

6 de octubre de 2009

Viva Río

Tal vez una de las mejores noticias para América Latina en la última semana fue la elección de Rio de Janeiro como sede de los juegos olímpicos de 2016. El presidente Lula bien manifestó, con emotivas lágrimas, que era uno de los grandes acontecimientos que había recibido en su vida. Eso lo mostraron bien las pantallas de televisión. No era para menos por lo que significa realizar un evento de esta magnitud. Ahora, el punto central de análisis es entender lo que significa para una ciudad como Río prepararse para los juegos. No son pocos los retos que esto implica: preparar la infraestructura, preparar la acogida, preparar la seguridad, preparar el ambiente. En muchos de estos temas esta ciudad puede tener la preparación necesaria. Es una ciudad acostumbrada al turismo y a acoger a grandes cantidades de turistas. Cada año lo hace para su famoso carnaval. Tampoco es un secreto que en materia de ingeniería las firmas brasileras compiten entre las mejores de la región. No deberían tener inconveniente para adaptar la ya importante infraestructura. Y ni se diga del ambiente. Rio es tal vez la ciudad con mejor ambiente en todo el continente. El punto neurálgico de la preparación de los juegos en Rio será la seguridad y la convivencia. Desde ahora, las autoridades como las organizaciones internacionales deben comenzar a planear las respuestas que Rio necesita en materia de seguridad ciudadana y convivencia.

El marco geográfico de Rio de Janeiro combina zonas planas, principalmente cercanas a las playas, con laderas y vertientes, en muchas de las cuales se han desarrollado los asentamientos humanos vulnerables conocidos como favelas y en las que la planeación urbana ha sido la gran ausente. Allí, la informalidad en el desarrollo del hábitat ha incidido de manera importante en los límites al desarrollo económico y social, en los problemas de convivencia y también en el desarrollo de diferentes manifestaciones de la criminalidad.

No han sido pocos los esfuerzos de organismos internacionales y de ONGs para acompañar a Rio en los intentos de manejar y solucionar el problema. Las inversiones han sido cuantiosas en proyectos de mejoramiento integral de barrios. Queda por evaluar el impacto real de las mismas. Lo cierto es que para Río será importante trabajar en una estrategia que permita convertirla en una ciudad más segura, que pueda, en los años que quedan antes de sus juegos olímpicos, darle una oportunidad de desarrollo a sus favelas y al mismo tiempo prevenir los problemas de criminalidad y violencia. Se trata de un gran reto para esta ciudad que casi todo el mundo aprecia.

Río podría inspirarse de lo que ciudades colombianas como Medellín han desarrollo en los años más recientes. Y, definitivamente, lo que pueda desarrollar Río en la construcción de entornos urbanos más seguros será inspirador para las demás ciudades del continente. Las ciudades colombianas deberín estar atentas a dichos desarrollos.

Publicado El Nuevo Siglo 05-10-2009

Reality de candidatos

A esta hora ya hay candidatos del Polo y del Partido Liberal que, con Uribe o sin Uribe en el partidor, ya son vistos por algunos camino a una consulta interpartidista. Pareciera que se va aclarando el panorama. Pero no es así. La semana pasada fue particularmente inesperada para dos candidatos: Lucho y Uribito.

La borrachera de Lucho le ha salido cara, de eso no hay duda. Está por verse qué tanto. Pero el precedente es que este país es más sensible a las debilidades individuales, que a los crímenes de lesa humanidad. La opinión pública le podría cobrar a Lucho su borrachera más que a otros las masacres, los asesinatos o los robos al Estado. Sería una lástima que borraran a Lucho del escenario, poniéndolo al mismo nivel de otros políticos. De todas formas, lo suyo fue un error grande, como él mismo lo reconoció. La gran pregunta es qué pensarán Mockus y Peñalosa a esta hora. Una salida que ya han debido considerar es hacer de este error una oportunidad pedagógica sobre la responsabilidad individual y la responsabilidad pública. Mockus tiene la palabra.

Por su parte, Uribito mostró el cobre, dirán algunos. Los auxilios o incentivos, como púdicamente se han llamado en el lenguaje oficial, otorgados a las familias tradicionales de varias regiones del país, desde ya anticipan lo que quiere representar el novel precandidato conservador. Pero haber mostrado el cobre ya lo pone en dura competencia con Noemi y Marta Lucía, las que ya le llevan mucha ventaja en capacidad política y capacidad técnica respectivamente.

Mientras tanto Uribe sigue con su encrucijada el alma entre el miedo “formal” a cambiar la constitución y el miedo “real” a volver a épocas de control territorial amplio por parte de la guerrilla. Su estrategia está clara: mantener latente el miedo como arma para aglutinar. Y él sabe utilizarla de manera muy hábil. No es la primera vez que eso se hace en política, más Uribe ha sido un innovador al adaptar el arma del miedo a la situación colombiana.

Una vieja enseñanza de las estrategias de cabildeo y de lobby dice que “todos tienen jefe”, para referirse a que, teóricamente, en la política racional siempre hay alguien o algo susceptible de controlar o motivar las decisiones individuales. En física o matemáticas se hablaría, en sentido inverso, de los grados de libertad. Uribe depende de otros actores y no tiene todos grados de libertad que quisiera. Muy seguramente no se presentará a una tercera elección. Pero ello no impide que haga todo lo posible para generar temor con la segunda reelección. De esta manera puede mantener desorientados a sus opositores y al mismo tiempo preparar el terreno para su posible sucesora o sucesor.

Addenda. En adelante esta columna se ocupará de temas globales o internacionales fundamentalmente. No es riguroso opinar sobre los temas nacionales sin estar allí presente.

Publicado El Nuevo Siglo 28-09-2009