Tal vez una de las mejores noticias para América Latina en la última semana fue la elección de Rio de Janeiro como sede de los juegos olímpicos de 2016. El presidente Lula bien manifestó, con emotivas lágrimas, que era uno de los grandes acontecimientos que había recibido en su vida. Eso lo mostraron bien las pantallas de televisión. No era para menos por lo que significa realizar un evento de esta magnitud. Ahora, el punto central de análisis es entender lo que significa para una ciudad como Río prepararse para los juegos. No son pocos los retos que esto implica: preparar la infraestructura, preparar la acogida, preparar la seguridad, preparar el ambiente. En muchos de estos temas esta ciudad puede tener la preparación necesaria. Es una ciudad acostumbrada al turismo y a acoger a grandes cantidades de turistas. Cada año lo hace para su famoso carnaval. Tampoco es un secreto que en materia de ingeniería las firmas brasileras compiten entre las mejores de la región. No deberían tener inconveniente para adaptar la ya importante infraestructura. Y ni se diga del ambiente. Rio es tal vez la ciudad con mejor ambiente en todo el continente. El punto neurálgico de la preparación de los juegos en Rio será la seguridad y la convivencia. Desde ahora, las autoridades como las organizaciones internacionales deben comenzar a planear las respuestas que Rio necesita en materia de seguridad ciudadana y convivencia.
El marco geográfico de Rio de Janeiro combina zonas planas, principalmente cercanas a las playas, con laderas y vertientes, en muchas de las cuales se han desarrollado los asentamientos humanos vulnerables conocidos como favelas y en las que la planeación urbana ha sido la gran ausente. Allí, la informalidad en el desarrollo del hábitat ha incidido de manera importante en los límites al desarrollo económico y social, en los problemas de convivencia y también en el desarrollo de diferentes manifestaciones de la criminalidad.
No han sido pocos los esfuerzos de organismos internacionales y de ONGs para acompañar a Rio en los intentos de manejar y solucionar el problema. Las inversiones han sido cuantiosas en proyectos de mejoramiento integral de barrios. Queda por evaluar el impacto real de las mismas. Lo cierto es que para Río será importante trabajar en una estrategia que permita convertirla en una ciudad más segura, que pueda, en los años que quedan antes de sus juegos olímpicos, darle una oportunidad de desarrollo a sus favelas y al mismo tiempo prevenir los problemas de criminalidad y violencia. Se trata de un gran reto para esta ciudad que casi todo el mundo aprecia.
Río podría inspirarse de lo que ciudades colombianas como Medellín han desarrollo en los años más recientes. Y, definitivamente, lo que pueda desarrollar Río en la construcción de entornos urbanos más seguros será inspirador para las demás ciudades del continente. Las ciudades colombianas deberín estar atentas a dichos desarrollos.
Publicado El Nuevo Siglo 05-10-2009
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