28 de agosto de 2009

Crimen organizado, pájaros y ranas

El Consorcio Global para la Transformación de la Seguridad organizó en México una reunión de un grupo internacional de trabajo sobre crimen organizado. Una metáfora del profesor Ernesto Savona, de la Università Cattolica del Sacro Cuore de Milán, permite entender lo que falta por hacer para enfrentar mejor el crimen organizado. Hasta ahora los esfuerzos se han concentrado en entender el problema desde la perspectiva del pájaro en vuelo: analizar las perspectivas globales, los actores criminales y sus dinámicas. Sin embargo, queda mucho por hacer para comprender el problema desde las vulnerabilidades locales de sociedades, gobiernos y economías expuestas a los actores del crimen organizado. El profesor Savona plantea la necesidad de abordar estos problemas en la perspectiva de la rana, es decir, desde la comprensión que permite el análisis desde el terreno local.

La moraleja de fondo es que si no se conoce bien un problema, desde todas sus perspectivas, no se puede abordar bien su solución. Eso pasa en Colombia en relación con guerrillas, paras, parapolítica y narcotráfico. Tirios y troyanos han privilegiado las perspectivas emocionales de análisis en torno a la sola idea del conflicto armado. Se ha construido un discurso según el cual el problema en Colombia es tan simple como que carteles de la droga, guerrillas y paramilitares se dedicaron a utilizar la violencia y la corrupción, las dos armas letales del crimen organizado, para someter a actores políticos, sociales y económicos, haciéndolos útiles para sus objetivos. Esta mirada, de vuelo de pájaro, ha sido suscrita con facilidad por investigadores, escritores, periodistas, políticos y parte de la opinión pública.

Pero una mirada de rana, desde el terreno local, permite plantear de entrada otra tesis tan sorprendente, como preocupante y difícil de abordar: nuestros sistemas políticos, económicos y sociales locales son supremamente vulnerables frente al crimen organizado en sus diferentes expresiones.

Nuestro sistema político, como lo han mostrado ampliamente estudios de diferentes instituciones, es muy vulnerable a la acción de paras y narcos. El fiscal Iguarán dijo hace poco que en Colombia los políticos fueron quienes buscaron a los paramilitares…

La sociedad colombiana pareciera tolerar o justificar la acción de los paras bajo el supuesto de que están desterrando a la guerrilla; la acción de los narcos, bajo el supuesto de que mucha gente vive de eso y, en algunas regiones, la acción de la guerrilla, bajo el supuesto de que a falta de Estado, alguien debe asumir el control. Y en cada región de manera distinta, la sociedad local parece haberse tornado tristemente permisiva con la acción de estos actores ilegales organizados.

Según esto, son necesarias nuevas acciones políticas y sociales para responder desde lo local a los problemas asociados a los actores ilegales organizados en Colombia. Y en esa línea, parecen útiles las tesis del profesor Savona que propenden por más análisis desde la ¨perspectiva rana¨, es decir desde la vulnerabilidad local frente al crimen organizado.

Publicado El Nuevo Siglo 24-08-2009

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