La seguridad en Bogotá está conociendo problemas y se requieren nuevas respuestas de política pública sustentadas en mayor observación y anticipación. Se necesita anteponer una visión técnica orientada a resolver problemas, por encima de una visión de equilibrios político-institucionales. Y en ese sentido, algunos de los problemas clave para el futuro próximo son:
- Los “chicos malos”. Los problemas en el entorno escolar siguen preocupando a los padres de familia. Muchos colegios, en su alrededor como en su interior, presentan señales y evidencias de deterioro en materia de seguridad y convivencia. La vivencia de estudiantes y padres de familia apunta a que hay mayor oferta de drogas a los estudiantes. También a que algunos jóvenes, ya por fuera del sistema escolar, han trivializado la práctica de pequeños cobros extorsivos a estudiantes adolescentes. No será de extrañar que los niveles de percepción de inseguridad aumenten en los próximos meses en la comunidad de padres de familia. Frente a esto se impone reforzar una política integral focalizada de atención a los jóvenes en riesgo, por un lado a los estudiantes amedrentados y por otro a los “chicos malos” que requieren una mayor atención por parte de la política pública.
- Los “muertos pagos”. En alguna reunión académica un oficial de la fuerza pública manifestó la dificultad de proteger a las personas amenazadas debido a relaciones mafiosas. “Esos muertos están pagos”, dijo el oficial, queriendo decir que es casi imposible prevenir el asesinato de esas personas. En Bogotá sigue aumentando el número de homicidios por sicariato. Y frente a esto es importante la intención del actual comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá de reforzar la inteligencia y la investigación criminal. Será el indicador de esclarecimiento de delitos el que dirá si el Coronel Pinzón tiene éxito o no. En complemento, la ciudad debe recuperar el imaginario de que “la vida es sagrada” que dejó como legado Antanas Mockus y que se construyó a partir de una narrativa constante y mucha pedagogía. Un objetivo de la sociedad debe ser prevenir el asesinato de los “muertos pagos”.
- La pérdida de gobernanza de la seguridad. Si no hay coordinación intra e interinstitucional, no hay gobernanza de la seguridad. La coordinación entre Policía Metropolitana y Alcaldía no puede limitarse a que cada uno haga lo que le toca. Se requiere un trabajo conjunto en el territorio, más allá de los escuetos consejos de seguridad en los que se articula y se decide poco. También se debe construir una mayor relación de confianza entre Policía y comunidad. Para ello se deben aumentar los espacios de discusión, análisis y construcción de planes conjuntos en torno a problemas concretos en los barrios, con la necesidad de mecanismos de evaluación conjunta de los resultados. Ya es conocido que los problemas de gobernanza de la seguridad suelen reflejarse en aumentos de la inseguridad.
Guerra avisada no mata soldado.
Publicado El Nuevo Siglo 27-07-2009
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