La última encuesta de percepción y victimización de la Cámara de Comercio debe disparar las alertas. El registro de eventos de inseguridad que habían hecho los medios de comunicación en el último año, no permitía por sí solo determinar el grado real de aumento de la inseguridad. Se sabe que las noticias encuentran su importancia según no existan otras noticias más importantes en otros ámbitos. También se sabe que en cada momento los actores políticos registrados por los medios tienen motivaciones distintas para hacer eco a los problemas de la seguridad: pueden dimensionar eventos normales, mientras dejan pasar eventos graves. La encuesta presentada por la Cámara permite análisis más objetivos y una conclusión concreta: sin que la situación se haya desbordado, se presentan síntomas y señales que deben prender las alarmas y deben orientar nuevas acciones de la Policía y las autoridades.
La encuesta constata que se ha aumentado el número de delitos cometidos en la calle y en el espacio público. Esto significa que los elementos que disuaden al delincuente no están actuando eficientemente. Hay que revisar la presencia policial o de funcionarios guías ciudadanos en la calle. También hay que volver a la vieja discusión sobre el pie de fuerza de la ciudad, pues parece que en lugar de aumentar está disminuyendo por las circunstancias del servicio público (vacaciones, sanciones, traslados, etc.). También llama la atención sobre la necesidad de reforzar la intervención del espacio público con criterio de entorno urbano más seguro: mejor manejo de basuras, recuperación de paredes y muros, de equipamentos urbanos, de malla vial, mejor iluminación, etc. Es necesario revisar el manejo preventivo del espacio público para disuadir hechos delincuenciales.
La encuesta permite mirar también del lado de los ofensores. Los ciudadanos están percibiendo que la inseguridad existente se debe a la presencia de grupos, en particular delincuencia común y pandillas. ¿Cuáles son los factores que están incidiendo para que más grupos delincuenciales decidan cometer delitos? ¿Hacia el futuro cuál será el efecto de la actual crisis económica en la tendencia de acción de los grupos delincuenciales organizados? La política pública debe responder estos interrogantes y asumir las acciones necesarias.
Las autoridades habían sostenido que el principal problema de Bogotá era la convivencia. Y es cierto que no se debe descuidar ese frente. En cambio, la encuesta deja pensar que el problema central de Bogotá hoy es la acción de los grupos delincuenciales organizados. Y esta constatación debe ser la base para formular y ejecutar una buena política pública de prevención, para la cual el Plan de Desarrollo prevé esfuerzos y recursos apropiados. Las expectativas sobre la política de prevención de la delincuencia del Distrito son altas en términos de resultados. La próxima encuesta de victimización y percepción será un termómetro de la efectividad de esta política pública y dirá si se ha respondido bien a las alertas que ahora aparecen.
Publicado El Nuevo Siglo 06-10-2008
Publicado www.lapalabradigital.com
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