8 de marzo de 2008

El frente interior de la crisis

No es exageración decir que estamos en la peor crisis de los últimos cien años. Se trata de una crisis que requiere soluciones imaginativas, generosas y de largo plazo tanto en su frente exterior como en su frente interior. En el frente exterior, como lo ha dicho Posada Carbó, “se debe buscar evitar una confrontación militar con nuestros vecinos y encontrar al tiempo fórmulas que permitan fortalecer la posición internacional del Estado colombiano en su lucha contra las organizaciones armadas ilegales”. No será fácil, dado que nuestra diplomacia aún dista de ser una diplomacia profesional y de carrera. Pero hay que lograrlo recurriendo también al respaldo de la experiencia acumulada en el Partido Liberal (Cesar Gaviria), el Polo (Maria Emma) y el Partido Conservador (Fernandez de Soto).

También debe preocupar el frente interior de la crisis, que tiene diferentes caras. La gran mayoría de colombianos respaldamos la acción militar contra las FARC. Muchos pensamos además que hay que combinarla con la negociación política. En la medida en que la primera sea eficaz, la segunda será más verosímil. Pero hay que seguir imaginando los escenarios para, llegado el momento, buscar la salida política. Incluso, el duro golpe de la baja de Raúl Reyes debe permitir a las FARC también comenzar a imaginar nuevos escenarios de negociación política.

Consolidar definitivamente el frente interno de esta crisis tiene dos condiciones cruciales: 1) Que el Presidente, por una vez, convoque en torno a una estrategia diplomática orientada a desestimular la condescendencia de los países vecinos con las FARC o a que al menos les resulte más costoso. Ello requiere generosidad del presidente con la propuesta de un consenso político nacional por la paz.

2) Que el gobierno nacional decida, de una vez por todas, liderar una política seria de soberanía institucional y social sobre los territorios ocupados históricamente por organizaciones armadas ilegales. Colombia es más territorio que sociedad y más sociedad que Estado, dijo Luis Carlos Galán, y sigue siendo cierto. Donde no hay sociedad ni Estado, van a seguir apareciendo, por la inercia de la violencia y del narcotráfico, nuevos grupos armados dispuestos enfrentar a la sociedad y a prestar servicios a las actividades ilegales. La única solución sostenible es aquella que se ocupe de manera integral de la soberanía territorial en los departamentos del suroriente colombiano. Para ello se requiere algo más que la capacidad de movilización del ejército y de la fuerza aérea. Se requiere una verdadera política pública de ordenamiento territorial, de asentamientos humanos, de movilidad y transporte y de presencia de otras agencias del Estado. Y no ayuda en nada la perspectiva de enclaves económicos privados que sugiere la visión del Ministro de Agricultura en el caso Carimagua. Se requiere además una forma distinta de seguridad, asumida por una fuerza de policía rural polivalente, capaz de asumir la seguridad ciudadana y entrenada también en táctica militar contraguerrilla y contraparamilitar.

Publicado El Nuevo Siglo 10-03-2008
Publicado
www.lapalabradigital.com
Publicado www.palabranet.net

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