4 de agosto de 2007

Es....¡verdad!

Bogotá es la ciudad del país con mayor cantidad de voto de opinión. Pero también, por su tamaño, la política tradicional se aprecia en distintos rincones de la capital. Se siguen comprando y vendiendo votos. Siguen apareciendo “líderes” que dicen tener algunos cientos de votos pero que necesitan un "incentivo" para poderlos "trabajar". Sus “clientes” pueden pertenecer a cualquier partido. Y los que saben de casos concretos difícilmente asumen la responsabilidad ciudadana de denunciar.

También siguen funcionando los “votos por empleos” o “votos por obras” y tal vez por eso muchos ciudadanos preguntan a los candidatos: "¿Y Ud qué da?". La promesa del favor político es la antesala del clientelismo. Encuentra su explicación en la tendencia tan colombiana de entender la intermediación como elemento central de la política, particularmente al elegir cuerpos colegiados. Pero como es difícil pagar favores individuales a tantos, la contracara de la promesa es la decepción por que "vino por aquí pero no lo volvimos a ver". Y vuelve y pasa.

A vuelo de pájaro, el electorado de Bogotá esta dividido en tres partes más o menos iguales: una muy proclive a la compra-venta de votos, una muy corporativizada y vulnerable al clientelismo y, afortunadamente, una de opinión que decide en función de propuestas concretas. Según la coyuntura y el tipo de elección la relación varía. La primera y la segunda encuentran su caldo de cultivo en las elecciones a corporaciones. En las elecciones de mandatarios, el voto de opinión tiende a ser más amplio.

¿Cómo hacer crecer el voto de opinión por encima del voto comprado y del voto amarrado? Depende de las responsabilidades que asuman unos y otros. Por ejemplo, los candidatos a la alcaldía tienen la responsabilidad de no eludir el debate y de someter sus propuestas a la confrontación democrática y al libre examen. En la actual campaña a la alcaldía de Bogotá, muchos sectores de opinión siguen extrañando la falta de debate serio. Pero eludir el debate tiene sus costos. No falta el candidato evasivo percibido como “antipático”, incluso por sus respaldos políticos, y que termina siendo el mayor enemigo de su propia aspiración.

Los candidatos a corporaciones tienen una responsabilidad de construir plataformas programáticas consistentes e integrales, si bien por el modo de elección pululan candidatos sin propuesta pero que han “trabajado bien” sus votos. También los hay con mucho músculo financiero para la compra de votos. Pero finalmente es la ciudadanía quien decide y sobre ella recae la mayor responsabilidad. Elegir candidatos sin propuestas, por venta del voto o buscando favores personales, se paga caro en las futuras decisiones sobre lo público.

En democracia de opinión, a falta de circunscripciones uninominales que facilitan la relación elegido-elector y la responsabilización de los candidatos, los medios de comunicación tienen también la responsabilidad de visibilizar los candidatos a corporaciones que por el tipo de elección “se pierden” fácilmente frente a la opinión.

Publicado El Nuevo Siglo 06-08-2007
Publicado
www.lapalabradigital.com

1 comentario:

Unknown dijo...

Elkín, Falta diferenciar dentro de estos posibles votos, el "voto de encuesta" y "el voto real"; los medios de comunicación hacen una serie de mediciones y tratan de pontificar más sobre las "simpatias" que produce uno u otro candidato en el ámbito de un tema (movilidad por ejemplo) que sobre las visiones y los programas; y transforma estos datos en las intenciones de voto, que muchas veces no coinciden con la capacidad real del ciudadano al ejercer su voto.

Como referencia estan las recientes consultas internas de varias colectividades politicas, donde pese a la apertura de grandes portales para permitir la manipulación y trasiego de votantes, los votos efectivos fueron tristemente insignificantes respecto al supuesto potencial de miembros y simpatizantes, de hay que actitudes de "honestidad política" como la de Baena, de retirar su postulación ante la escasa votación interna del MIRA, sean admirables, mientras otros candidatos se sienten respaldados por que la suegra, la mujer y la amante votaron por él.

Hay que agregarle a esto la manipulación de las estadisticas al tomar "universos" muy limitados y convertirlos facilmente con promedios y porcentajes en una visión global, recordemos Elkin, que posiblemente si alguno de nuestros comunicadores se refiriera a la tragedia de Caín y a Abel, muy seguramente estableceria que el 25% de la Humanidad aniquilo a 1/4 de la población en forma violenta.