3 de junio de 2007

La presidencia Demócrata que nos espera

Hablar de los Demócratas en Colombia ya es casi como hablar del Partido Liberal, del Polo Democrático o de Cambio Radical. El Partido Demócrata norteamericano aparece todo el tiempo en la política colombiana. Mientras algunos de sus senadores dialogan con el Polo Democrático, Al Gore aplica la ya conocida figura colombiana de la “silla vacía”, por las dudas que muchos demócratas tienen sobre los escándalos de la parapolítica del actual gobierno. Pero al mismo tiempo, a través de sus congresistas afroamericanos, han empujado el nombramiento de la Ministra de Cultura.

Por otro lado, el presidente Uribe cometió un error al involucrarse en el debate político interno norteamericano, dejando entender que la oposición demócrata al TLC no era más que una oposición politiquera interna. Además de las sensibilidades tocadas, olvidó Uribe que la amistad en las relaciones internacionales no otorga estas licencias, y mucho menos desde un país de periferia. Esta osadía le estaría costando a Uribe la firma del TLC.

Pasado lo pasado, Colombia debe prepararse para cambios en las relaciones con una posible presidencia demócrata en Estados Unidos desde 2009. Varias consideraciones son necesarias:
1) Demócratas, como Republicanos, continuarán utilizando el prisma de la lucha contra el narcotráfico para mirar a Colombia;
2) Queda a Colombia desarrollar un trabajo inteligente para que la lucha contra las drogas incluya una mayor componente de prevención de la producción aquí, a través del desarrollo rural, y de prevención del consumo allá;
3) Es probable que la actual preocupación norteamericana sobre la parapolítica conduzca a los Demócratas a complementar (o condicionar) su cooperación con una mayor prevención de la captura del Estado colombiano por las mafias;
4) Es posible que los recursos que dejen de invertirse en Venezuela en la lucha contra las drogas refuercen la acción en Colombia, pero no es menos posible que el efecto balón haga que los recursos adicionales aquí, desplacen producción y transporte de droga hacia Venezuela, con las consecuencias que ello traería,
5) La tradicional visión proteccionista Demócrata, que gasta más adentro y menos afuera, sería consecuente con la promoción de liderazgos regionales que favorezcan la estabilidad conveniente para los intereses estadounidenses, al menor costo posible para el fisco norteamericano. En esta hipótesis, para la contención de la Venezuela chavista, Brasil tendría más importancia que Colombia en la visión Demócrata.

Con una presidencia demócrata en Estados Unidos, Colombia deberá mantener la política antidrogas en el centro de la relación, debería preparar una sensibilización para reforzar la componente preventiva aquí y allá, debería prepararse para recibir los recursos gringos no invertidos en Venezuela y para un mayor liderazgo del Brasil. Y sobretodo, debe enviar señales serias y contundentes de la lucha contra la parapolítica, que es, parece ser, la mayor preocupación de muchos Demócratas sobre la Colombia de hoy.

Publicado El Nuevo Siglo 04-06-2007
Publicado
www.lapalabradigital.com

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