7 de mayo de 2007

Reflejos pavlovianos

Aquí y en Cafarnaún, la seguridad está asociada con la centro derecha” afirma el columnista Alvaro Forero Tascón (El Espectador 28-04-2007). Y en otros puntos del espectro político, “aquí y en Cafarnaún”, aún existen militantes de izquierda que sienten complejo o sentimiento de culpa frente a las políticas de seguridad ciudadana y con pudor prefieren que se hable únicamente de convivencia y evitan toda referencia a la palabra “seguridad”.

Pero revisando más allá de Cafarnaún, se encuentra fácilmente que, en el mundo actual, las políticas de seguridad ciudadana no son patrimonio del centro-derecha o de la derecha. Barcelona ha desarrollado una política de seguridad ciudadana exitosa por más de 20 años con gobiernos de izquierda. El atentado de Atocha (y por supuesto que no fue el único motivo) estuvo en la base de la decisión de los españoles de elegir a Zapatero en lugar del candidato del Partido Popular. El gobierno socialista de Francia de 1997 a 2002 desarrolló importantes medidas en materia de la seguridad ciudadana, particularmente en materia de prevención. Los gobiernos de centro izquierda de Chile y de Argentina, en ocasiones con éxito y otras no tanto, han desarrollado políticas creíbles de seguridad ciudadana. Incluso hay que mencionar los trabajos de las últimas administraciones de Bogotá y Medellín en materia de disminución de la violencia homicida, que no son precisamente de derecha o centro derecha.

También existen los contraejemplos: importantes alcaldías de derecha o de centro derecha en Brasil (Sao Paulo y Río de Janeiro) han vivido en el último año las peores crisis de la criminalidad en este país; los gobiernos centroamericanos y Mexicano de derecha o centro-derecha son los que han vivido los problemas recientes del aumento de la criminalidad en algunas ciudades de esta región.

La evidencia no permite atribuir los éxitos de políticas de seguridad ciudadana, tampoco los fracasos, a una ideología política específica. Hacerlo parece más un reflejo pavloviano que conduce a mirar la realidad mecánicamente, según condicionamientos ideológicos propios de épocas de guerra fría y de macartismo, en principio ya superados.

La seguridad ciudadana no debe tener color político. Toda formación política debería tener una propuesta de seguridad ciudadana, asumiendo que, como lo ha planteado Michel Marcus, presidente del Foro Europeo de Seguridad Urbana, las políticas de exitosas de seguridad urbana han demostrado la necesidad de un equilibrio entre coerción y prevención. Así de simple. Pero también así de complejo en un momento en el que muchos asumen la seguridad como uno de los temas que más pegan en las campañas políticas.

Corey Robin en Fear: The history of a political idea plantea que el miedo no puede representar una base genuina del orden político liberal. El gran reto hacia delante es sacar la seguridad ciudadana del debate demagógico y llevarlo al terreno de los argumentos y de las soluciones concretas e integrales.

Publicado El Nuevo Siglo 07-05-2007

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