No es exageración afirmar que la semana que acaba de pasar ha sido una de las más movidas del año. Demasiadas noticias que obligan reflexiones sobre la seguridad. Algunas preguntas de fondo deben ayudar al análisis robusto de los fenómenos sociales que hay detrás de dos noticias: la matanza de Virginia Tech y el debate de Petro sobre la parapolítica.
En el macabro caso de Virginia Tech, donde un joven inmigrante coreano, aparentemente víctima de una situación psicológica compleja y que odiaba el entorno social en el que vivía, asesinó a más de treinta personas. En esta zona de los Estados Unidos es posible comprar un arma mensual si uno lo desea.¿Es justificable que una sociedad permita que sus ciudadanos se doten de armas? Este lamentable hecho deja la certeza de que lo único que se controla mejor el uso en la medida en que su porte y uso por parte de civiles esté restringido.
Colombia debe avanzar en la prohibición del porte de armas por parte de los ciudadanos del común. Es posible y necesario crear una nueva legislación para que los gobiernos locales puedan restringir el porte de armas legales, tal como lo proponen los alcaldes de Bogotá, Medellín y Pereira entre otros. De esa manera las autoridades nacionales podrán concentrarse en el control de las armas ilegales.
Y finalmente llegó el debate de Petro. La opinión retuvo un debate principalmente sobre las Convivir y es este el que conduce a preguntas de fondo ¿Cuál debe ser el modelo de seguridad pública para Colombia? ¿Debe la sociedad colombiana seguir cultivando un esquema de seguridad privada sustentado en ejércitos privados ilegales, en formas de Convivir, en el pago a ciudadanos a cambio de información y en empresas de seguridad privada? ¿O debe considerarse la seguridad como un bien público, en el cual el porte de armas esté monopolizado por la fuerza pública y los diferentes actores asumen su responsabilidad sin esperar retribución alguna? Dos modelos de seguridad están sobre la mesa. El de la seguridad como bien público está demostrando sus beneficios en las grandes ciudades. Desde hace doce años la seguridad pública se viene construyendo como un bien público en Bogotá: los alcaldes tienen liderazgo, se cultiva la cultura ciudadana, los actores asumen pactos de seguridad ciudadana y convivencia con la administración; la policía está recibiendo formación apropiada para su papel civilista en la urbe, los diferentes sectores de la ciudad construyen acuerdos sobre lo fundamental para la sostenibilidad de la seguridad ciudadana y cada vez es mas visible la idea de “tanta coerción como sea necesaria y tanta prevención como sea posible”.
Addenda: este domingo fue el Día Internacional de la Tierra. También el día del geólogo, profesional que estudia y entiende la Tierra. Triste día porque cinco geólogos siguen secuestrados por las FARC en el Chocó desde hace más de un mes. Desde esta columna, solidaridad con todos los secuestrados del país.
Publicado El Nuevo Siglo 23-04-2007
En el macabro caso de Virginia Tech, donde un joven inmigrante coreano, aparentemente víctima de una situación psicológica compleja y que odiaba el entorno social en el que vivía, asesinó a más de treinta personas. En esta zona de los Estados Unidos es posible comprar un arma mensual si uno lo desea.¿Es justificable que una sociedad permita que sus ciudadanos se doten de armas? Este lamentable hecho deja la certeza de que lo único que se controla mejor el uso en la medida en que su porte y uso por parte de civiles esté restringido.
Colombia debe avanzar en la prohibición del porte de armas por parte de los ciudadanos del común. Es posible y necesario crear una nueva legislación para que los gobiernos locales puedan restringir el porte de armas legales, tal como lo proponen los alcaldes de Bogotá, Medellín y Pereira entre otros. De esa manera las autoridades nacionales podrán concentrarse en el control de las armas ilegales.
Y finalmente llegó el debate de Petro. La opinión retuvo un debate principalmente sobre las Convivir y es este el que conduce a preguntas de fondo ¿Cuál debe ser el modelo de seguridad pública para Colombia? ¿Debe la sociedad colombiana seguir cultivando un esquema de seguridad privada sustentado en ejércitos privados ilegales, en formas de Convivir, en el pago a ciudadanos a cambio de información y en empresas de seguridad privada? ¿O debe considerarse la seguridad como un bien público, en el cual el porte de armas esté monopolizado por la fuerza pública y los diferentes actores asumen su responsabilidad sin esperar retribución alguna? Dos modelos de seguridad están sobre la mesa. El de la seguridad como bien público está demostrando sus beneficios en las grandes ciudades. Desde hace doce años la seguridad pública se viene construyendo como un bien público en Bogotá: los alcaldes tienen liderazgo, se cultiva la cultura ciudadana, los actores asumen pactos de seguridad ciudadana y convivencia con la administración; la policía está recibiendo formación apropiada para su papel civilista en la urbe, los diferentes sectores de la ciudad construyen acuerdos sobre lo fundamental para la sostenibilidad de la seguridad ciudadana y cada vez es mas visible la idea de “tanta coerción como sea necesaria y tanta prevención como sea posible”.
Addenda: este domingo fue el Día Internacional de la Tierra. También el día del geólogo, profesional que estudia y entiende la Tierra. Triste día porque cinco geólogos siguen secuestrados por las FARC en el Chocó desde hace más de un mes. Desde esta columna, solidaridad con todos los secuestrados del país.
Publicado El Nuevo Siglo 23-04-2007
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