Acabamos de presenciar un capítulo más del conflicto Israelo-Palestino, y no precisamente el último de ellos. Mientras tanto, conviene analizar algunos puntos del último episodio de diciembre y enero y para ello la óptica del analista geopolítico de Le Figaro, Pierre Rousellin, ofrece algunos elementos:
1) Después de la arremetida israelita, Hamas sobrevivió y conserva el control de la Banda de Gaza. Sufrió fuertes pérdidas militares pero habrá que esperar la responsabilidad que la población le atribuirá por las víctimas civiles y las destrucciones de la guerra;
2) Hamas no se mostró como un movimiento de resistencia pues no combatió suficientemente a los israelitas en su territorio urbano. La Autoridad Palestina podría aprovechar esto para recuperar total o parcialmente el poder político perdido frente a Hamas en la franja de Gaza.
3) En el mundo árabe las manifestaciones de respaldo a Hamas fueron menores que las que surgieron en 2006 cuando la guerra entre Israel y el Hezbolá libanés.
4) El ejército israelita, que había fracasado en el 2006 en el Líbano, quiso mostrar que ni víctimas civiles ni presión internacional lo detienen frente a su contrincante, y aspira a que esto haya aumentado su fuerza de disuasión.
5) La destrucción de Gaza y su reconstrucción son un nuevo campo de confrontación. ¿Cómo hará la ayuda europea para actuar sin pasar por Hamas? ¿Será la oportunidad para que la Autoridad Palestina recupere el terreno perdido en Gaza?
Varias lecciones quedan de esta perspectiva y algunas incluso inspiran reflexiones sobre nuestro conflicto:
- Las pérdidas materiales y humanas del contrario, no determinan por sí solas su derrota militar. Por estos lares debe revisarse la conveniencia del “body account” como el medidor del avance sobre la guerrilla.
- Que el adversario decida no combatir o se retire hacia su retaguardia, podría ser aprovechado políticamente para copar su espacio.
- El terreno internacional seguirá siendo una arena privilegiada de la confrontación y ello requiere una estrategia efectiva.
- La fuerza de disuasión sigue siendo el arma privilegiada de la confrontación. Pero para disminuir las víctimas de la guerra, hay que trabajar mucho para demostrar que la disuasión política puede reemplazar paulatinamente a la disuasión militar.
- El período de postconfrontación resulta fundamental para recuperar el espacio político del adversario. Se debe pensar, para estas latitudes, que es necesario medir los resultados del proceso de consolidación que el gobierno nacional ha planteado para los territorios en los que disminuyó la acción de la guerrilla.
Finalmente, para el caso Israel-palestino, si el impulso bélico en período preelectoral pudo haber buscado la consolidación en la opinión de candidatos que hoy están en el gobierno israelí (Tzipi Livni y Ehoud Barak), los sondeos recientes mostrarían que el efecto obtenido fue el contrario: favorecer a los candidatos de la derecha Bejamin Netanyahou y Avigdor Lieberman. Que reflexionen los candidatos presidenciales criollos si la actitud bélica la que los catapultará durablemente en los sondeos.
Publicado El Nuevo Siglo 09-02-2009
Publicado www.lapalabradigital.com
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