14 de junio de 2008

Un país, tres sistemas (1)

Colombia no es una sola. Son varias Colombias. Una más cercana a lo que es la vida en las grandes ciudades de los países de ingreso medio. Esta Colombia son esencialmente las ciudades de más de 200.000 habitantes y las zonas circunvecinas. En estas ciudades se está prácticamente en post-conflicto. Otra Colombia es la rural, la de los pequeños municipios, más o menos situados alrededor de la primera Colombia, conectados a las grandes zonas urbanas por los carreteables que el Ministro de Transporte llama carreteras. Y otra Colombia rural más profunda, prácticamente desconectada, porque en este país sin visión territorial el Estado nunca consideró importantes las fronteras ni la soberanía. En columna anterior me refería a estos tres territorios respectivamente como territorios verdes, amarillos y rojos.

Los dos gobiernos liberales de los años 90 gobernaron para la Colombia urbana y la Colombia de los municipios rurales conectados. Los últimos tres gobiernos, conservador uno y ultraconservador los dos últimos, han gobernando para las clases altas de la Colombia urbana, pero concentrando una gran porción del presupuesto en el problema de seguridad de la Colombia rural profunda que ha vió en acción a Castaño, Tirofijo y Jojoy. La inversión nacional de los últimos años ha privilegiado el gasto y la inversión militar para tratar de ganar el control de esos territorios. Pastrana se apertrechó, Uribe I tomo la iniciativa militar, aunque sin rumbo estable, y Uribe II-Santos pusieron estrategia y comenzaron a obtener resultados tangibles en ese control militar de los territorios rojos.

Pero la Colombia rural más conectada a los centros urbanos está descuidada. Basta mirar los pobres resultados del ministro Arias en su ramo (me refiero a la agricultura…por si el lector no lo sabía). Y en las zonas urbanas, afortunadamente existen en algunos casos buenas administraciones (Medellín y Bogotá son emblemáticos) que sumadas a la fracción moderna del empresariado, han asumido una parte de responsabilidad social y del discurso de esperanza y modernidad urbana. En cambio, en las zonas urbanas en las que el gobierno nacional ha metido la mano, la situación de desgobierno había podido alcanzar hasta el años pasado niveles preocupantes y la situación social, económica y hasta ambiental sigue siendo tensa y mostrando numerosos desafíos (Cali y Cúcuta son dos ejemplos).

Cada una de esas tres Colombias necesita un modelo distinto. Un país, tres sistemas. Pero no se trata por supuesto de copiar el eslogan de China. No es lo mismo Bogotá que Honda, ni Neiva que La Gabarra o Barranquilla que Condoto. Colombia necesita un gobierno tan bueno para comunicar (el de Uribe II-Santos ha sido el mejor de todos), como para actuar de manera adaptada a estas diferentes realidades. La historia podrá registrar que este fue el gobierno de la comunicación y de la muerte de Tirofijo. Pero tal vez la comunicación no alcance a la historia para borrar la incapacidad de desarrollar políticas públicas territorializadas.


Publicado El Nuevo Siglo 16-06-2008

Publicado www.lapalabradigital.com

2 comentarios:

Unknown dijo...

Hola Elkin. Fuí alumna tuya en la Maestria hace poco menos de un mes. Estoy completamente de acuerdo contigo, el problema de las políticas de gobierno que se implementan en Colombia, radica báscicamnete en la carencia de un diseño técncio que se ajuste verdaderamente a las necesidades de cada región, municipio, zona de atención. Esas necesidades deben observarse con criterio funcional y social. En este sentido, no es operativo por ejemplo, tratar los problemas de insalubridad en un corregimiento indígena con la soluciones implantadas en la zona urbana de Santa Marta. El enfoque que determine la línea a seguir debe corresponder totalmente a un estudio que analice los aspectos socio culturales de un grupo étnico de arraigo como el de nuestro ejemplo.

Unknown dijo...

Gracias por tus aportes.