5 de junio de 2008

La geopolítica interna post-Tirofijo

Murió Tirofijo y con él se fue una larga y truculenta historia de guerra. Sin él, llega una nueva historia. En ella se mantienen algunos protagonistas, algunos actores de reparto ascienden a protagonistas y aparecen nuevos actores. Los actores del gobierno nacional deben seguir en su esfuerzo militar. En cuanto a los actores del vecindario andino, por ahora no hay que esperar cambios de fondo; tal vez sólo cambie el tono ante los medios internacionales. Por su parte, los actores políticos de la izquierda tendrán que separarse definitivamente de las tendencias y congresistas que tengan nexos con las FARC, si la Corte Suprema llega a comprobarlo.

Se vienen acomodamientos entre los actores internos de las FARC, con consecuencias que pueden ser positivas para una salida negociada al final del túnel, con una agenda muy acotada. También se pueden esperar consecuencias negativas asociadas al comportamiento centrífugo de algunos mandos altos y medios de la guerrilla que, con armas, recursos y entrenamiento, y a la usanza de los paramilitares, se comportarían más como agentes económicos en búsqueda de rentabilizar económicamente el control de territorios con algún interés para el negocio del narcotráfico. Lo cierto es que la moral guerrillera es baja en las unidades del centro del país, como lo ha demostrado la rendición de Karina. En las fronteras la moral está sustentada en la esperanza de un apoyo de Correa y Chávez. Y para algunas unidades de territorios de periferia, la moral estará sustentada en la posibilidad de obtener ganancias con el gramaje, con la prestación de servicios de seguridad al negocio de la droga y ocasionalmente con la participación directa en negocios del narcotráfico.

Con esto, la geopolítica del conflicto vista desde arriba muestra una división en tres tipos de territorios: rojos, amarillo y verdes. Los “territorios rojos” son aquellos de concentración de esfuerzos por parte de la guerrilla, principalmente en algunas periferias internas y principalmente en las periferias externas, en las que persiste aquella esperanza del soporte vecino. Las fuerzas armadas deben seguir en el esfuerzo de presionar militarmente para hacer cada vez más estrecho el “territorio rojo”. Los “territorios amarillos” son aquellos donde se ha recuperado el control militar pero aún no hay una consolidación del Estado en su dimensión multiagencial. El actual gobierno, con el ministro Santos en Defensa, ha avanzado en la recuperación del control militar del territorio (los “territorios amarillos”). Pero se necesitará una nueva visión de la presencia del Estado en estos territorios en el gobierno nacional o con un nuevo gobierno, para consolidar los “territorios amarillos”. Allí queda por asegurar el acceso de la población a todos los bienes públicos y las oportunidades del desarrollo. Y esto no depende exclusivamente de la cartera de Defensa.

Los “territorios verdes” son esencialmente las áreas urbanas y las áreas conectadas. La presencia guerrillera en ellos es cada vez más esporádica. Allí los problemas reales hoy tienen que ver poco con la seguridad nacional. Están más relacionados con la seguridad ciudadana y la convivencia: el crimen organizado urbano, la delincuencia común y las conflictividades sociales de la cotidianidad. El actual dispositivo del Estado concentrado fundamentalmente en recuperar el control de “territorios rojos”, para volverlos “territorios amarillos”, no es el mejor para los “territorios verdes” en los que está la mayoría urbana y periurbana de la población colombiana. Las ciudades, que ya están en post-conflicto, necesitan una verdadera política de seguridad ciudadana y convivencia, pero a falta de un Ministerio que lidere claramente una política explícita de seguridad urbana y convivencia, todo queda en lo que puedan impulsar la Policía Nacional, que tiene la voluntad pero no es formulador de política pública, y en lo que puedan liderar los alcaldes, que salvo las dos o tres ciudades principales de Colombia, no tienen o no han desarrollado todos las mismas posibilidades.

La geopolítica interna post-tirofijo está marcada por tres tipos de territorios que exigen tres tipos de acción del Estado. El gobierno está actuando bien en los “territorios rojos” en conflicto y en ello ha fundado durante cinco años su márketing político. Pero completar la tarea implica otro enfoque para los “territorios amarillos” en transición al post-conflicto y los “territorios verdes” que ya están en post-conflicto.


Publicado El Nuevo Siglo 3-06-2008

Publicado www.lapalabradigital.com

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