1 de septiembre de 2007

Terremoto impredecible, imaginario vulnerable

Hubo un irresponsable rumor según el cual ocurriría un sismo el martes 28 de agosto en la tarde en Bogotá. La bola corrió por internet y algunos medios le hicieron eco al rumor. Diana Rubiano, Directora de Prevención y Atención de Emergencias de Bogotá, prontamente respondió al pánico generado en algunos sectores y comunicó claramente y con argumentos científicos que los sismos no son predecibles. Queda sin embargo la preocupación frente al riesgo que significa la información mal manejada, por error o con fines de terror, y las afectaciones que ello puede generar.

El riesgo es la posibilidad de ocurrencia de un fenómeno que puede generar daños, perjuicios o disfuncionamientos a la sociedad, sus bienes y sus sistemas. No se predice pero se puede “sospechar” gracias a la evidencia histórica. Si en Bogotá han ocurrido sismos en el pasado, es muy probable que ocurran en el futuro y conviene prepararse disminuyendo la vulnerabilidad de las infraestructuras, de las instituciones, de los sistemas económicos y hasta de los imaginarios urbanos. Y este último punto debe preocupar. Quedó al descubierto que, contrario a lo que intuitivamente muchos creíamos, aún hay mucho por hacer en Bogotá para sensibilizar, construir un imaginario apropiado sobre lo que significa un sismo y la forma de prepararse y actuar frente al fenómeno cuando se presenta.

El que un ciudadano irresponsable haya inducido la situación ese día, cuando hasta en instituciones de seguridad y hospitales hizo eco al rumor, dice bastante sobre la necesidad de trabajar más en la concientización y los imaginarios del riesgo. Hay que trabajar mucho sobre la percepción ciudadana del riesgo, para que la asunción del mismo responda más a un ejercicio racional que al fatalismo guiado por imaginarios construidos con información falsa.

Según un interesante libro de Kervern sobre los riesgos, es una polémica entre Voltaire y Rousseau, con ocasión del sismo de Lisboa de 1755, la que permitió entrar a la “era de las neuronas” en la gestión del riesgo. Mientras Voltaire continúaba acusando a la naturaleza y a la providencia de los efectos del sismo, Rousseau recalcaba que lo que estaba en juego era la inteligencia y la responsabilidad humana. Invitaba así a salir del campo de lo mitológico y entrar al campo de lo lógico.

Queda mucho por hacer en materia de gobierno del riesgo en nuestras ciudades. El trabajo en Bogotá y el país en materia de percepción del riesgo, y de la inseguridad pública en general, debe apuntar en últimas a acercar los imaginarios y las percepciones a la realidad de los datos y la evidencia científica, incluso aceptando su incertidumbre. Y ello resulta más importante si se considera que en este y en otros campos del riesgo, como también ha ocurrido en la seguridad ciudadana, no faltarán otros pastorcitos mentirosos dispuestos a disfrazar las realidades.

Publicado El Nuevo Siglo 03-09-2007
Publicado http://www.lapalabradigital.com/

2 comentarios:

Unknown dijo...

Y paso el temido 31 de agosto, ya el "año que no diré" no fue el 2007 y pese a estudiosos cablistas los aciertos del padre Margallo en 1917 y 1978 no se dieron pese a los sustos del Perú y las confusas versiones de predicción de algunos irresponsables.
Lo que quedo en claro, pero casi nadie vió fue la poca o ninguna preparación que existe en las oficinas de las entidades oficiales y en la mayoria de las particulares.
Celadores que alarmados salieron de primeras presurosos con la llave del candado de las puertas de emergencia, oficinistas que aprovecharon para esparcir la noticia agregandole en cada llamada de celular una suposición más, será como en el cuento infantil de aquel pastorcito que gritaba por juego "viene el lobo" que nadie crea nada hasta que cuando aparezca el lobo encuentre a todos indefensos?
Falta aún un buen número de edificios públicos por reforzar, existen numerosos elementos no-estructurales que amenazan a los paseantes como las fachadas de ladrillo visto pegadas sin debido soporte y dilatación a las pantallas de concreto, o las simples materas que adornan muchas ventanas y balcones, hasta bibliotecas, estanterias, cuadros, adornos y equipos en hogares y aulas que pueden ser lanzados sobre las personas.
Y que decir de las entidades de Emergencia, que tendrán que salir a abusar del pito en medio del pánico por la falta de solidaridad o quizás de equipos pesados para abrirse paso.
Mirando las fotos de Lima, vecinos de Miraflores, de San Isidro, etc. "acampados" en los parques por temor a las replicas, me pregunto comparando con las fotos de la provincial Bogotá de 1917; en donde se refugiarán los vecinos de Ciudad Bolívar, Los Laches, El Codito, etc. cuando la avalancha pase y llegue la noche?
Ante estas eventualidades, aún recuerdo unas grotescas imagenes de una victima y 4 policias, que ante la precipitada orden de demolición de un muro en inmediaciones del río Fucha (Barrio Restrepo) cayo sobre los vecinos, tratando de ayudar los patrulleros, cada cual halaba de la extremidad que tenia entre sus manos pero siempre en direcciones opuestas...
Nada es más peligroso que un policía copn una brocha y un tarro de pintura, decia un amigo al ver el CAI de la 72, abajo de la 7a, pintado luego de su inaguración tras el derrumbe que se presento; yo lo corrijo diciendole que no hay nada más peligroso que un Policía, con todo y su buena voluntad, prestando auxilios a un herido.

Anónimo dijo...

En la pelicula "La Torre" con Robert Redford .. él dice que la gente se conoce en sus primeros tres movimientos...

Y asi tal cual paso con el rumor de terremoto..

Reaccionamos como para una bomba y evacuamos como para un incendio...

Y como dice Elkin ambas cosas estan en la preprogramacion social que esta establecida en nuestro imaginario...

El riesgo es una construcción social... como lo notaba Russeau.. son multiples decisiones... de multiples actores lo que cambia nuestra exposicion a mayores o menores niveles de vulnerabilidad..

Irresponsable... pero muy pedagogico el rumor... ojala podamos sacarle los mayores aprendizajes a este hecho!