8 de septiembre de 2007

¿Las mejores elecciones?

El procurador Maya dijo que no había condiciones para las elecciones regionales de octubre. La analista Claudia Lopez ha manifestado que “el panorama electoral para octubre luce (…) claroscuro”. El mismo Ministro de la Defensa ha enseñado el mapa de riesgo electoral, donde una cuarta parte del territorio nacional aparece afectada. Todo esto se suma a los mapas de riesgo electoral presentados por la Misión de Observación Electoral estas últimas semanas. Por ello resultó sorprendente, por decir lo menos, la afirmación del Registrador Nacional Juan Carlos Galindo en una audiencia ciudadana organizada por la presidenta del Congreso Nancy Patricia Gutierrez y por la senadora Martha Lucía Ramirez el 30 de agosto en el salón elíptico. ¡Dijo el Registrador que las próximas elecciones podrían ser las mejores de todos los tiempos!

A no ser que se trate de una salida sarcástica, infortunadamente para los colombianos la evidencia existente no permite suscribir el entusiasmo del señor registrador. Todo lo contrario. Al día de hoy no parecen suficientes los esfuerzos del gobierno nacional para evitar los riesgos contra las elecciones: los riesgos de intervención de actores armados, de clientelismo, de fraude y alteración a la mecánica electoral, de financiación mafiosa de las campañas.

Lo que sí es cierto es que esta vez, como tal vez nunca se había registrado, pareciera haber más ojos abiertos observando el proceso. Pero las vulnerabilidades y los riesgos no van a cambiar con la sola observación. Algunos “inexpertos” serán disuadidos, pero los “profesionales” del clientelismo, el fraude y la financiación mafiosa seguirán allí y afectarán los resultados.

Se debe pensar en cómo mitigar los riesgos del 28 de octubre, a sabiendas que, de fondo, el problema no sufrirá modificaciones. En el corto plazo, la fórmula es vigilancia y control institucional, control ciudadano, conciencia ciudadana en su voto y judicialización ejemplarizante de los delitos contra el sufragio.

Lo serio, lo estructural, debe comenzar el 29 de octubre. Pasado el fragor de la campaña, es preciso iniciar un verdadero debate sobre la reforma electoral profunda e integral que entre otros puntos permita discutir: El empadronamiento para evitar el trasteo de votos de una vez por todas; el voto obligatorio por diez años, para disminuir el impacto del clientelismo y del poder de compra de votos con los recursos de las mafias; las circunscripciones electorales uninominales en las elecciones locales a corporaciones, para aumentar la responsabilización de los elegidos y disminuir el costo de las campañas, y el voto electrónico, para disminuir la vulnerabilidad de los comicios frente al fraude y la alteración de la mecánica electoral en las registradurías.

Sólo de esta manera será posible que la democracia pueda contar con elecciones transparentes donde prime el mérito y la sana competencia entre alternativas y modelos de sociedad.

Publicado El Nuevo Siglo 11-09-2007
Publicado
www.lapalabradigital.com
Publicado www.votebien.com

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