18 de febrero de 2008

Dos paradojas

La iglesia y las FARC. Las FARC le negaron reconocimiento a la iglesia como intermediario para el acuerdo humanitario. Dicen que ya tomaron partido. Tal vez este portazo sirva para que la iglesia vea de manera menos inocente el problema. La reconciliación y la paz como telón de fondo son objetivos a buscar. El acuerdo humanitario es una causa justa en una lógica altruista. Pero ni las FARC tienen objetivos similares a los de la sociedad urbana y no están buscando la paz, ni el Gobierno, después de la marcha del 4F, le apostará un ápice de su popularidad a un acuerdo humanitario. Resulta paradójico, pero tal vez sea la ocasión para que la iglesia revise con realismo la situación y replantee su papel en la salida del conflicto colombiano. Tal vez esa nueva posición sea la garantía para que en el mediano y largo plazo unos y otros tengan que acudir de nuevo a esta institución que tradicionalmente ha contado con mayor aceptación por parte de los colombianos.

Chávez y Uribe. La que se ha catalogado como imposible guerra entre Venezuela y Colombia podría presentar algunas manifestaciones y esto por varias razones. Primero, la intención de los republicanos norteamericanos de incorporar la Venezuela de Chávez a la lista de Estados que benefician el terrorismo, deja mucho que pensar sobre lo que todavía puede pasar con Venezuela en los Estados Unidos de Bush. Y a Bush le queda menos de un año. Será que Chávez logra convertirse en el diablo útil en época de elecciones? Segundo, la situación interna de Venezuela no es muy tranquilizante para el teniente coronel. Hoy existe un 55-45 en la opinión pública a favor de Chávez. Pero al parecer su liderazgo al interior de las fuerzas armadas desciende lenta pero seguramente y mientras tanto, su anterior ministro de Defensa el General Baduel, gana espacio en opinión y entre la fuerza pública.

Si la situación con los norteamericanos se complica, si su cota de favorabilidad se erosiona o si su liderazgo en la fuerza pública sigue disminuyendo, no habría que extrañarse de un golpe de opinión del tipo escaramuza militar en la frontera. Guerra en la frontera y paz en el interior no es una ecuación desconocida en Venezuela. Y paradójicamente, todo esto, que en Colombia significa hecatombe, atornilla a Uribe. El teniente coronel parece que no ha entendido que está logrando lo contrario a lo que se propone. Gracias a Chávez Colombia podría terminar con un presidente de doce años y muchos nuevos liderazgos de derecha ilustrada y de izquierda socialdemócrata aplazados.

Como dijo Sabas Pretelt, la política es cambiante. Pero también es cierto que en medio de la política cambiante, algunos actores persisten y profundizan su comportamiento, si percatarse que logran lo contrario a lo que se proponían.

Publicado El Nuevo Siglo 18-02-2008
Publicado
www.lapalabradigital.com

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