Hillary Clinton y Ségolène Royal son dos mujeres susceptibles de presidir dos de los países con mayor liderazgo en el mundo. Segolène, Francia desde 2007. Híllary, Estados Unidos desde 2009. En uno y otro país se dice que ellas asocian una visión social y progresista a una concepción conservadora de la familia y de la educación. Algo así como la derecha de la izquierda, o un centro-izquierda.
En Estados Unidos el Partido Demócrata recoge sensibilidades desde las más a la izquierda (liberal se dice en ese país) hasta posiciones más neoliberales. Como si en Colombia existiera un partido que recogiera desde el Moir hasta el liberalismo gavirista y el conservatismo moderado. Clinton tiene apellido y cuenta con una organización estructurada, resultado de 8 años como primera dama. Parte con gran favoritismo para las internas del partido frente al afroamericano Barack Obama y al ex candidato a la vicepresidencia Edwards. Hillary conduce una campaña situada en el centro político, combinando una preocupación por lo social, con una imagen de líder ponderado, que sabe componer con visiones de grupos conservadores a través de su defensa de valores familiares. En economía, Hillary defiende sin ambiguedad el libre comercio y el espíritu de empresa, en un país donde incluso los sindicatos se preocupan por el crecimiento y la salud de las empresas. En política internacional es posible que avance en la lógica del mundo multipolar, alejado de la visión de única potencia, pregonada por los neoconservadores de Bush.
En Francia, el debate se presenta entre Segolène Royal del Partido Socialista y Nicolas Sarkozy, candidato de derecha alejado de la defensa gaullista y chiraquiana del “modelo social a la francesa”. Segolène surge como una alternativa del Partido Socialista, alejada de posiciones de izquierda radical y más cercana a posiciones pragmatismo en temas de sociedad: prevalencia de la autoridad en materia de seguridad, realismo en la financiación de las políticas sociales y apertura frente a la promoción del trabajo utilizando instrumentos económicos liberales. Su visión contemporánea de la política se ha evidenciado con una estrategia de marketing político más moderna, que explica su rápido ascenso político. En un contexto de segunda vuelta en las presidenciales no se descarta que Segolène deba aliarse con François Bayrou, candidato del partido de centro UDF y actualmente “tercer hombre” en las encuestas, lo que cambiaría el ajedrez político en Francia y consolidaría la marca de centro-izquierda de la posible presidencia de Segolène.
Ambas representan nuevos aires en la política mundial, en la que rara vez aparecen mujeres presidenciables y a la vez, guardadas proporciones, con sensibilidades de centro izquierda. Se trata de una posibilidad que puede implicar múltiples efectos positivos para la geopolítica actual, no solamente por su condición de mujeres, sino por sus sensibilidades más progresistas.
Addenda: Existe la posibilidad de que Bogotá también se sume a esta ola de líderes mujeres con talante progresista.
Publicado El Nuevo Siglo 26-02-2007
En Estados Unidos el Partido Demócrata recoge sensibilidades desde las más a la izquierda (liberal se dice en ese país) hasta posiciones más neoliberales. Como si en Colombia existiera un partido que recogiera desde el Moir hasta el liberalismo gavirista y el conservatismo moderado. Clinton tiene apellido y cuenta con una organización estructurada, resultado de 8 años como primera dama. Parte con gran favoritismo para las internas del partido frente al afroamericano Barack Obama y al ex candidato a la vicepresidencia Edwards. Hillary conduce una campaña situada en el centro político, combinando una preocupación por lo social, con una imagen de líder ponderado, que sabe componer con visiones de grupos conservadores a través de su defensa de valores familiares. En economía, Hillary defiende sin ambiguedad el libre comercio y el espíritu de empresa, en un país donde incluso los sindicatos se preocupan por el crecimiento y la salud de las empresas. En política internacional es posible que avance en la lógica del mundo multipolar, alejado de la visión de única potencia, pregonada por los neoconservadores de Bush.
En Francia, el debate se presenta entre Segolène Royal del Partido Socialista y Nicolas Sarkozy, candidato de derecha alejado de la defensa gaullista y chiraquiana del “modelo social a la francesa”. Segolène surge como una alternativa del Partido Socialista, alejada de posiciones de izquierda radical y más cercana a posiciones pragmatismo en temas de sociedad: prevalencia de la autoridad en materia de seguridad, realismo en la financiación de las políticas sociales y apertura frente a la promoción del trabajo utilizando instrumentos económicos liberales. Su visión contemporánea de la política se ha evidenciado con una estrategia de marketing político más moderna, que explica su rápido ascenso político. En un contexto de segunda vuelta en las presidenciales no se descarta que Segolène deba aliarse con François Bayrou, candidato del partido de centro UDF y actualmente “tercer hombre” en las encuestas, lo que cambiaría el ajedrez político en Francia y consolidaría la marca de centro-izquierda de la posible presidencia de Segolène.
Ambas representan nuevos aires en la política mundial, en la que rara vez aparecen mujeres presidenciables y a la vez, guardadas proporciones, con sensibilidades de centro izquierda. Se trata de una posibilidad que puede implicar múltiples efectos positivos para la geopolítica actual, no solamente por su condición de mujeres, sino por sus sensibilidades más progresistas.
Addenda: Existe la posibilidad de que Bogotá también se sume a esta ola de líderes mujeres con talante progresista.
Publicado El Nuevo Siglo 26-02-2007